Las redes sociales, arma de participación para los ciudadanos de a pie

En Colombia -posiblemente en muchos países- la participación y la política son mitos difíciles de entender, conceptos difusos que en muchos casos se desdibujan en las prácticas tenebrosas, en la tétrica realidad de quienes -¡oh contradicción!- los defienden y enarbolan.

Sin embargo, para fortuna de muchos, los sitios de redes sociales se han ido convirtiendo en importantes canales de información (y desinformación, claro) en los que se evidencia con fuerza la tendencia que marca el paso de la opinión pública, con una inmediatez que deja a muchos paralizados. Es posible que en estos medios muchos se muevan como Vicente, ese que persigue a la gente, pero también quedan en evidencia temas de crucial importancia sobre los que todos, de alguna manera, tenemos algo que decir en medio de la indignación.

Casos increíbles como los de algunos políticos y personajes que ejercen su poder en contra de cualquier pronóstico. Un alcalde que insulta a las mujeres de su pueblo es un alcalde que insulta a todas las mujeres del país y de otras latitudes, insulta con ellas a los hombres que respetamos a las mujeres e insulta y ensucia la política, consecuencias de ligereza e ignorancia que se magnifican, gracias a las redes sociales. Otros atornillados al poder durante 35 años insultan a un grupo minoritario, también de mujeres y luego se disculpa patéticamente como una burla simiesca a todo un país. No entienden que con las redes sociales las minorías son masa, seres que tienen una brecha tecnológica instalada como una aplicación nativa de su cerebro. Un tercer y no menos siniestro personaje insulta a un grupo étnico en pleno 2013, un mal llamado político capaz de volver al cargo del que ha sido destituído e inhabilitado en dos ocasiones, y en un tiempo casi que inmediato. Y en ambos casos el castigo tenía más de 10 años, un caso hediondo que no se puede perfumar ni con el más fuerte de los perfumes.

Señores políticos, oscuros y malévolos, las redes sociales están para ponerlos en evidencia, para recordarnos quienes son y para donde van, los ponen, quiéranlo o no, en tela de juicio sus actos gracias a ustedes mismos y a su de ignorancia. Las redes sociales son, en potencia el arma de participación más valiosa con la que contamos los ciudadanos de a pie.