Carta abierta a la conciencia de un planeta en emergencia

Tal vez creamos que como individuos es poco lo que podemos aportarle a la salud del planeta frente a los millones de seres humanos con quienes compartimos espacio y tiempo. Y puede que sea cierto, pero “mi poco” más “tú poco” es mucho más de lo esperado.

Tengo, desde hace algunos años, la manía de desconectar todos los electrodomésticos que no estoy usando, excepto claro, la nevera por obvias razones. Sólo los conecto cuando los necesito. No me importa que el televisor ni el minicomponente no marquen la hora, tengo el celular que me despierta cada mañana y que me la da cuando la quiero mirar. Por otro lado, y eso lo vine a notar después de empezar a hacerlo, el recibo de los servicios bajó considerablemente casi un 30%, una muy buena razón para ser ecológico en el corto plazo.

Vivo en un apartamento que tiene un patio pequeño donde tengo la lavadora, pero desde que el tema del agua y el calentamiento global me preocupan dejé de usar el desagüe normal de descargue del agua residual pues considero que en esta época de sequías y calentamiento global es un crimen, que merece la cárcel, usar agua limpia para regar las matas, lavar baños y pisos.

La primera descarga de agua que sale con el jabón la uso para lavar el baño, el patio, los pisos y las ventanas del apartamento. No es agua tan sucia, pero tiene jabón. Uso uno ecológico que sacó TOP para lavadoras.

La segunda descarga de agua la uso para las matas y el antejardín. Así de fácil.

Lo más preocupante de todo, es la poca capacidad mental que le impide a muchos empezar a hacer cosas ecológicas más allá de simplemente manifestar una preocupación.

El cambio climático que estamos viviendo no es un juego.

-No siembres un árbol, siembra todos los que puedas-.