Reducción de GEI

En las actuales circunstancias de cambio climático mundial, que no sólo son objeto mediático de las empresas noticiosas, sino que podemos comprobar en nuestras ciudades gracias a las fuertes variaciones de temperaturas que estamos viviendo, se hace URGENTE un cambio de prácticas culturales -un cambio no sutil sino drástico- para contrarrestar las altas emisiones de gases de efecto invernaero -GEI- que nuestras sociedades están lanzando a la admosfera.

Por un lado está la industria que debe aportar no sólo un grano de arena a la solución del problema, sino todo su potencial reductor de GEI para devolverle a la sociedad presente su derecho a una existencia limpia y, al planeta, su derecho de estar para todas las generaciones venideras.

Aportar al cambio climático es posible si y sólo si, la sociedad en su conjunto es capaz lograr que cada individuo que la conforma cambie sus prácticas culturales como la racionalización del agua que emplea en su casa, en su trabajo...

Por ejemplo en casa podemos hacerlo de una manera sencilla si por ejemplo usamos el agua que sale del segundo y tercer ciclo del lavado de la ropa, la que ya se usa después de haber quitado el jabón de la ropa del primer ciclo. Con esta agua de la lavadora se pueden regar las plantas, esa agua no les hace daño, sirve para jardines, así lo hacemos en casa... Dirán, pero usar detergente es dañino... y sí, tal vez, pero es menos dañino que botar el agua que sale y tener que usar agua limpia de la llave para regar el jardín, luego es un aporte pequeño, pero es un aporte y si muchos hiciéramos lo mismo, los beneficios serían enormes, incluso la cuenta de servicios bajó desde que comenzamos a hacer eso dado que se usa menos volumen de agua mensual y se vierte menos agua por las alcantarillas, que el agua que se bota, si no lo han notado, también lo cobran las empresas de servicios públicos, de igual forma, por volumen de líquidos arrojados.

Otra forma, tal vez un tanto más compleja, de aportar a reducir el calentamiento global sea creando muchos microclimas en nuestras ciudades, muchos parques, zonas verdes en las ciudades y sus alrededores pero para ello no sólo se necesita la voluntad de un pueblo sino de sus gobernantes, de sus legisladores, de la industria privada... por ejemplo, cada empresa que arroje grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera debería estar obligada a plantar un bosque y sostenerlo, además, claro de someterse a un cambio tecnológico con Mecanismos de Desarrollo Limpio MDL que en Colombia lidera el Centro Nacional de Producción más Limpia y Tecnologías Ambientales, una corporación sin ánimo de lucro que trabaja también de la mano con el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez.

Las empresas que entran en la moda de la producción más limpia ambientalmente pueden obtener beneficios tributarios según la normativa colombiana comprando bonos de carbono que pueden negociar con empresas de países desarrollados para que estas a su vez obtengan beneficios similares, cosa que nos beneficia a todos.

El cambio de cultura debe ser ahora ya que el calentamiento global, originado por las prácticas irresponsables de la humanidad están afectando al planeta ahora, no se trata de un problema a futuro.

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