Del corazón

El lunes 18 de junio de 2007 murió en Quito un amigo entrañable, entraba una que otra vez al blog y se interesó por Cali a través de una que otra foto que acá he publicado de algunos espacios de la ciudad, invitado estuvo, pero ya no puede venir.

Daniel Solano tenía 26 años y le dio un ataque cardiaco. No sé exactamente qué lo originó, pero eso ya no importa. Sé que en abril tuvo una alerta a la que los médicos no le pararon muchas bolas, le dolió un brazo, típico, dicen, en estos casos. Les cuento esto porque sé que a Daniel le gustaría que así lo hiciera, así pues que nunca desatiendan un campanazo de este tipo u otros que suelen ser síntoma de situaciones relacionadas con el corazón o, en general, con la salud.

La edad, está visto, no importa. El corazón falla en cualquier momento. El de Daniel a los 26. El mio casi me mata a los 33 pero los síntomas (mareo, visión nublada, taquicardia), sin imaginar de qué se trataba, me llevaron a urgencias de la Clínica Versalles y seis horas más tarde a la Unidad de Cuidados Intermedios de la Clínica Imbanaco; en la primera me estabilizaron, presenté una arritmia de más de 240 pulsaciones por minuto, en la segunda, me hicieron un ecocardiograma para establecer el origen de tal desorden. El resultado síndrome de Wolf Parkinson White, lo que palabras más, palabras menos significa reconducción eléctrica en el corazón. Al día siguiente del diagnóstico me operó el Dr. Alberto Negrete a través de un procedimiento de cateterismo.

Hombre, la verdad pocas veces me han afectado este tipo de noticias, pero esta me parece increíble porque Daniel a diferencia mía, siempre fue alguien que vivió la vida al máximo, con mucha alegría y eso pega duro. Se lo extraña.

Dicen que nadie se muere en la víspera, pero igual es duro ver partir a los amigos del alma y es por eso que escribo esto, para que nunca dejen de ponerle cuidado a esas alertas.

Comentarios

Nadia dijo…
Que tristeza leer estas noticias, da vaina saber que murio tan joven

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